La complejidad de la sexualidad humana

Negar el placer como algo bueno en el ser humano, sólo conduce a fortalecer la hipocresía y la doble moral. “Embellecerlo”, sobrevalorando funciones de la sexualidad que, aunque importantes, son secundarias a la gratificación derivada de los actos sexuales, tales como la comunicación, la intimidad o la expresión de afecto, equivaldría a afirmar que la función principal de la alimentación es la de mejorar la comunicación o hacer más intenso el enamoramiento de la pareja que se cita para almorzar.