En el día internacional de la mujer: “La mortalidad materna en Colombia es inaceptable”
Detener el aumento y disminuir los casos de mortalidad materna en Colombia debe dejar de ser letra muerta en las políticas públicas y convertirse en una reivindicación concreta, no solo de los movimientos feministas que ya existen sino de los movimientos por el derecho a la salud.
El día internacional de la mujer, una conmemoración de las luchas y avances en la conquista de los derechos de las mujeres que tiene lugar desde hace un siglo, infortunadamente en Colombia (y otros países latinoamericanos como Perú y México) coincide con informes de salud pública que demuestran que en el año 2020 hubo un alarmante aumento de la mortalidad materna.
Según los datos del Instituto Nacional de Salud, mientras en 2019 se registraron en Colombia 298 muertes de mujeres durante el embarazo, el parto o los 42 días siguientes, ese número se elevó a 350 en 2020, un incremento del 17.5 %. Esa tendencia al aumento, que se observa desde el año 2015, continúa en los dos primeros meses de 2021. Si se comparan las 8 primeras semanas de este año con el mismo período de 2020, el aumento en mortalidad materna en Colombia fue del 54.3%.
La mortalidad materna es uno de los indicadores que permiten evaluar los sistemas de salud y el desarrollo económico de un país. Los países de mayor desarrollo económico y sistemas de salud eficientes tienen tasas de mortalidad materna muy bajas. Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia, tenían en 2017 tasas de mortalidad materna menores a cuatro (4) muertes por 100.000 bebés nacidos vivos. En el otro extremo, Sierra Leona, Chad y Sudán tenían tasas entre un mil ciento veinte (1.120) y un mil ciento cincuenta (1.150) muertes maternas por 100.000 nacidos vivos.
Como se observa en el siguiente gráfico, la tasa de mortalidad materna en Colombia para 2017 fue de 83 muertes por 100.000 nacidos vivos. Sin embargo, existen profundas inequidades entre los estratos socioeconómicos, las regiones del país y con respecto a las mujeres afrodescendientes e indígenas. De tal manera que en el Amazonas, Guainía y aún en las poblaciones más vulnerables de Departamentos como el Valle y Antioquia, la mortalidad materna ha llegado a límites absolutamente inaceptables.
La mayoría de estas muertes ocurre cuando las mujeres presentan presión arterial alta asociada con problemas renales, hepáticos, pulmonares entre otros, una condición denominada preeclampsia / eclampsia que en Colombia se encuentra aproximadamente en uno de cada diez embarazos. Las hemorragias o sangrados durante o después del parto, las infecciones asociadas a complicaciones de abortos inseguros y las trombosis son otras causas de mortalidad materna.
Un buen número de estas muertes son prevenibles, son muertes evitables si las mujeres gestantes tienen acceso oportuno y de calidad a atención médica. En Colombia, es común que el médico a las gestantes de alto riesgo les ordene citas de control prenatal más seguidas y exámenes especializados que las EPS no autorizan, o no autorizan a tiempo. Gineco-Obstetras consultados ilustran otros problemas de acceso a los servicios de salud de la siguiente manera:
“Si se le pide a la paciente una ecografía del cuello del útero es común que la EPS se demore en autorizarla”, “Si la paciente es diabética se le prescribe insulina, pasan dos meses y la EPS no la ha autorizado y cuando la autorizan no les dan el glucómetro” …
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La debilidad pre-pandemia del sistema de salud para hacer control prenatal y atención obstétrica de emergencia se acentuó con la COVID-19 y con la consecuente disminución de unidades de cuidado intensivo (UCIs) requeridas por mujeres con embarazos de alto riesgo y con complicaciones graves.
La salud sexual y reproductiva y el derecho a no morir antes, durante o después de un parto es un derecho de las mujeres que para lograrse exige las reformas pertinentes y necesarias en el sistema de salud y condiciones de seguridad económica y de acceso a la atención médica, especialmente para la población que más lo necesita.
Detener el aumento y disminuir los casos de mortalidad materna en Colombia debe dejar de ser letra muerta en las políticas públicas y las guías y protocolos de atención a la mujer gestante y convertirse en una reivindicación concreta, no solo de los importantes movimientos feministas que ya existen sino de los movimientos por el derecho a la salud. Como dijera Gina Tambini, delegada de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para Colombia, en abril del año pasado: “La mortalidad materna es inaceptable”.